Nada puedes hacer ya. Comprende que eres sólo un hombre, Guerrero, pero hombre al fin. Has hecho todo lo posible. Has sufrido lo necesario, y más aún. Te has esforzado lo necesario. Y más aún. Pero ya no depende de ti. Ni retroceder, ni avanzar. Ni actuar ni dejar de hacerlo. Suspenderse en el aire. Dejarlo todo en manos del Altísimo.
Entrégate al destino. Confía en que todo será para mejor, aunque no seas capaz de entenderlo ahora. Siéntate. Respira. Entrégate.
3 comentarios:
no sé si la redención sea el camino a la salvación.
tampoco la obstinación.
una buena conversa tal vez sea la solución.
tienes razon...pero esto esta mas bien apuntado a la salvacion de la integridad en su escencia...pero lo que dices lo comparto plenamente
El guerrero es un hombre comun y corriente y el destino lo define el altisimo, la Redencion es un privilegio de unos pocos
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